Se trataba
de conjugar el sistema simultáneo con la atención a las características
personales de cada alumno. En ella se mezclaban una serie de ideas pedagógicas:
la enseñanza programada que avanza por pequeños pasos o microhabilidades, el
sistema de proyectos que se completa con una especie de contrato entre el
alumno-profesor, los aprendizajes multidisciplinares, la globalización, el
trabajo individual mediante fichas que lo guían, la socialización llevada a
cabo en sesiones de normalización y puestas en común. Esta forma eurística de
trabajar y de aprender, requiere una organización del aula «por rincones» en
los que se ofrecen esquemas, material concreto, abstracto, bibliografía y
recursos audiovisuales para el desarrollo del programa.
El alumno se
responsabiliza de su plan de trabajo y lo va desarrollando a su ritmo. El
trabajo personal y de investigación requieren un silencio y un orden
imprescindible que dan al aula un aire de colmena activa y relajada, laboriosa
y curiosa: aula laboratorio.
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